viernes, 14 de mayo de 2010

Esto no es literatura


Dador de la vida,
te doy gracias.

No sólo por la vida
y el milagro de la noche luminosa,
aún más por mi familia.
¿Habrá terminado la espera?
Y sin embargo aún me froto
contra las ramas.

No sólo cambio de piel.
Creo saber que mis colmillos,
después de todo, 
no están rotos.
Por el triunfo del amor
te doy gracias,
Dador de la vida.


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